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Numen

  Cuando mamá me preguntó si me iba de vacaciones y dije que no, supe por los gestos de su occipucio que la pregunta escondía otras intenciones. A veces mi madre hace preguntas de manera tangencial sin ir directo al punto y ese modo de interrogarme me desespera. Con el correr de los días esa pregunta difuminada, escondida, se fue materializando. Tenía que ir a Montevideo a llevar una medicación para los abuelos que allá no se conseguía . Los adoraba, pero no estaba de humor para el viaje.   La facultad me tenía a maltraer y el primer semestre iba a ser bastante denso con todo el material de lectura, los finales, Verónica… ¡Verónica! Este año le voy a proponer ser compañeros de estudio.   Son siete días mi amor, nada más. Y de paso son como unas vacaciones para vos. Dale, ¿sí? No pude decir que no. El día del viaje mamá me llevó hasta el puerto y con tal de no seguir escuchando sus instrucciones, le di un beso rápido en la papeta y casi que corrí hacia el barco. Ya ...

Cono de sombra

                                                     “ No sé dónde estoy. Los días son todos iguales, planos y aburridos. No hay casi colores ni grandes sensaciones y me cuesta describir las cosas. Mirar sin ver. Una especie de gran ausencia cognitiva donde sólo los movimientos mecánicos y repetidos fluyen naturalmente. Pero a veces, sólo a veces, un sonido llena mi mente pareciendo familiar y creo reconocer una melodía. Todo se desvanece y en ese preciso momento percibo un rostro que con sus ojos penetra mi cono de sombra y sin querer cierro los míos y lentamente duermo una siesta eterna.” Nina retiró el disco del reproductor y lo apagó. Colocó el mismo en el estuche y se quedó contemplando la contratapa viendo los títulos de las canciones...

El intendente

      Quousque tándem abutere, intendente, patientia nostra. El intendente escuchó la frase, mientras fumaba uno de sus habanos, sentado en el sillón giratorio de su oficina con la vista perdida a través del ventanal, observando el lento atardecer sobre la laguna. Algunas garzas todavía se entretenían buscando comida sobre la superficie del agua, mientras unos patos se refugiaban entre los juncos El reflejo en el ventanal le devolvía la imagen, a sus espaldas, del Doctor parado en medio de su despacho. No necesitó darse vuelta para observarlo en detalle. La imagen difuminada en el reflejo del vidrio, era más que suficiente para imaginarlo en un fino traje de corte inglés, con chaleco haciendo juego. El vaho en el aire apestaba a perfume importado, más acorde a un salón de Buenos Aires que a un pueblo de provincia. -¿Y qué me viene con esta frase, Doctor? El Chato Juarez recostado sobre la puerta de entrada del despacho, observaba toda la situación mientras se ...

2000 gramos

      Ya lo tenía decidido. Iba a dejar el auto preparado para poder salir esa misma noche. No era la primera vez que iban a hacer un viaje tan largo. Los primeros viajes al sur, fueron siempre con toda la familia. Pero a lo largo del tiempo, eso quedó solo para ellos dos. De todos modos no había mucho para preparar. Una mochila mediana, las viandas en una conservadora, dos termos: uno con agua caliente y el otro con café. En el camino luego harían recargas. Solo tenía que definir si viajaba con ella adelante. A las seis de la mañana paro en Bahía Blanca a cargar nafta y estirar las piernas. - ¿Te acordás? Después de ir al baño iban directo a los juegos. No había forma de hacerlos subir otra vez al auto. Giró su cabeza y le sonrió, agradecido por haberle recordado ese momento. Más de 1700 kilómetros para encontrar un pedazo de cielo, al borde del paraíso. Porque eso había significado siempre, para ellos dos, el Bolsón de los Cerros. Un lugar donde conectar, dond...

La mirada

    Siempre que iba a lo de la gringa a ver a Jenny, pasaba lo mismo. - ¿Y querido, qué te parece? ¿Cuánto más me va a durar? Había operado a Jenny, una mestiza de Ovejero Alemán, unos 14 meses atrás: útero, ambos ovarios y un tumor mamario considerable. A pesar de sus 12 años había soportado   todo el proceso, pero yo ya sabía que Jenny lentamente estaba dejando de dar pelea. Todo ese tiempo extra que le había dado la cirugía pareció haber sido suficiente para ella: 14 meses más vividos junto a su dueña. -Mirá querido, ya sabés, no me la hagas sufrir. Vos me conocés En esa frase, dicha con su voz medio quebrada y ronca de tanto cigarrillo negro fumado en guardias nocturnas, reverberaba el eco de su ejercicio profesional como enfermera. -Quedate tranquila gringa, todavía no. En estas ocasiones obviaba la palabra eutanasia ya que una dueña como ella, no necesitaba muchas explicaciones ni lingüísticas ni desde el sentido común; pero la aclaración del significa...

Regla de tres simple

                                                  Si de los niños dependiera ir a la escuela, no creo que habría tantos que lo hicieran de forma espontánea y de buena gana. Yo no fui la excepción. Detestaba la formalidad de todo. Y además los niños solo quieren jugar, no hay tiempo para que a uno le enseñen. Como en la vida misma en la primaria uno va viendo qué es lo que más le gusta y qué no. Quinto grado fue un año bisagra donde las sumas y restas se convirtieron junto con las divisiones y multiplicaciones en enunciados de problemas, y entonces las cuatro operaciones básicas se transformaron en problemas de regla de tres simple Los planteos de los problemas eran tan sencillos que no los entendía. La señorita Matilde de quinto grado seguro que se habrá tomado el tiempo necesario ...

Mendieta

                                                               -¿Nombre de la mascota? -Mendieta. Y lo de mascota se le habrá escapao. Miré al tipo por encima de mis anteojos de presbicia, los que tengo colgado del cuello hace un par de años, porque de tanto fruncir los ojos ya me estaba pareciendo a un japonés. Y   eso de andar hurgando a ciegas con el termómetro el culo de los perros, no daba para más. Pero a la gente la miro directo a los ojos y la verdad que este propietario no era cualquier propietario. Era un paisano de pura cepa, escapado del medio de la pampa húmeda, o seca. ¡Qué sé yo, el clima es un quilombo! Y hasta por un momento dudé de cómo había llegado al consultorio, porque aparecieron, el tipo y el perro, así de repente. Miré por la vidriera de la clínica y no vi ninguna camioneta. ¿A caballo?, pens...